Estresada

Estrés: desmitificando el concepto, no todo es negativo

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“Estoy estresado o estresada” es una frase muy común entre las personas. ¿Quién no ha estado bajo estrés en algún momento de su vida?. Pero, ¿qué es el estrés?, ¿Por qué estamos expuestos al Estrés?, ¿Cuáles son los síntomas físicos y psicológicos del estrés? y ¿Cómo tratar el estrés y qué consejos se pueden ofrecer para las personas que lo padecen? En esta entrada de blog, responderemos a estas preguntas para que puedas entender mejor el tema del estrés.

¿Qué es el estrés?

El concepto de estrés fue introducido por primera vez por el fisiólogo austriaco Hans Selye en la década de 1930. Selye definió el estrés como la respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda, ya sea física o psicológica.

Según Selye, en los tiempos prehistóricos, los humanos vivían en tribus y tenían que enfrentarse a situaciones estresantes como la caza, evitar ser devorados por un animal, la búsqueda de alimento y la lucha contra otros grupos tribales. Estas situaciones generaban una respuesta fisiológica natural al estrés en el cuerpo, lo que permitía a los humanos estar alerta y responder rápidamente a los peligros.

Sin embargo, con el surgimiento de la civilización y la urbanización, Selye argumenta que la naturaleza de las situaciones estresantes cambió. En lugar de enfrentar peligros físicos inmediatos, los seres humanos ahora enfrentan situaciones estresantes más psicológicas y emocionales, como la presión laboral, las relaciones interpersonales, mantener un estatus, entre otros factores de la vida moderna.

El estrés hoy en día se define como una respuesta natural del cuerpo ante una situación que se percibe como amenazante o desafiante. Es una respuesta fisiológica que prepara al cuerpo para luchar o huir. Cuando una persona experimenta estrés, el cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que desencadenan una serie de cambios en el cuerpo, como aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración.

¿El estrés es beneficioso y necesario para los seres humanos?

La misma definición del estrés que acaba de leer da la respuesta: por supuesto que sí. El cuerpo necesita activarse para poder hacer frente a la tensión que genera el entorno en el que vivimos. Ante una dificultad o problema se necesita que el cuerpo esté listo para actuar, que sus sentidos se agudicen, si hay que reaccionar con una acción física el cuerpo esté listo para hacerlo. El estrés es “el gatillo” que activa el cuerpo para que usted pueda actuar y dar respuesta a situaciones de tensión. Si no hubiera estrés, su cuerpo no podría responder adecuadamente.

Para decirlo de manera más general, el estrés ha sido esencial para la evolución humana, permite a los seres humanos enfrentar y superar barreras. No se trata de huir del estrés, sino de saberlo controlarlo y sacar provecho del impulso que genera para que actuemos.

¿Entonces, por qué consideramos al estrés como algo negativo?

La respuesta la dió Selye: la era moderna trajo consigo la sobreexposición de estímulos y una mayor exigencia a los seres humanos. Piense en un cazador de las primeras tribus, su preocupación más grande era lograr obtener comida sin llegar a ser él, comida para otro animal. Más allá de buscar su posición jerárquica en una sociedad “incipiente” no había mayores presiones sociales. En otras palabras, recibía de su entorno la tensión que su cuerpo podía manejar. Pero hoy, en lo que llamaremos la “gran tribu moderna”, las cosas cambiaron y lo más importante, la mayor tensión no proviene de “amenazas naturales” sino de presiones sociales a las que es más difícil responder, pasamos de una tensión física a una mayor tensión psicológica: mantener un estatus, alcanzar un estilo de vida deseado y que es definido por un constructo social del “ideal de vida”, cada día más presiones por ser exitosos, la crianza de los hijos, etc. Y a esto sumemos la necesidad de pagar más servicios, adquirir productos “hoy necesarios para la subsistencia digna”, una economía inflacionaria y un futuro incierto, principalmente para la clase media. Todo esto genera mayores dosis de estrés y lleva a los seres humanos, como dice el lema de los Boys Scouts, a estar “siempre listos” a hacer frente a las demandas de nuestro entorno. Esto lógicamente, somete a nuestro cuerpo a una situación demandante y constante, lo que trae efectos negativos tanto físicos como psicológicos.

Causas de estrés:
Problemas financieros: Las dificultades económicas pueden ser una fuente significativa de estrés, ya que pueden afectar la estabilidad financiera, la capacidad para pagar las facturas y la planificación a largo plazo.
Problemas laborales: Los conflictos laborales, la sobrecarga de trabajo, el acoso laboral y la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida personal pueden generar estrés.
Problemas familiares: Las discusiones familiares, la tensión en las relaciones familiares y los conflictos con los seres queridos pueden ser una fuente significativa de estrés.
Cambios importantes en la vida: Los cambios importantes en la vida, como la mudanza a una nueva ciudad, el matrimonio, el divorcio o la pérdida de un ser querido, pueden ser estresantes y desafiantes.
Problemas de salud: Los problemas de salud, tanto físicos como mentales, pueden ser una fuente significativa de estrés.
Presiones sociales: Las expectativas sociales, como la necesidad de tener éxito, ser perfecto o cumplir con las expectativas de los demás, pueden ser una fuente de estrés significativa.
Problemas políticos o sociales: La incertidumbre política, la violencia en la comunidad y otros problemas sociales pueden generar estrés en las personas.
Problemas de tiempo: La falta de tiempo suficiente para completar las tareas, cumplir con los plazos y atender a todas las responsabilidades puede ser una fuente de estrés.
La culpa: puede estar relacionada con el estrés porque puede generar emociones negativas y aumentar la carga emocional que se experimenta en una situación estresante.

Síntomas del estrés

Es importante tener en cuenta que el estrés en sí mismo no es malo, los problemas se generan cuando la duración del tiempo bajo estrés es alto y la persona no puede controlarlo. Cada persona experimenta el estrés de manera diferente. Mientras que algunas personas pueden tener una mayor tolerancia al estrés y manejarlo sin problemas aparentes, otras pueden sentirse abrumadas por situaciones que parecen ser menos estresantes para los demás. Además, los síntomas del estrés pueden ser sutiles y pueden variar de una persona a otra. Lo que no se debe perder de vista es que el estrés no es una debilidad y no debe ser visto como tal.

Los síntomas psicológicos del estrés pueden incluir ansiedad, depresión, irritabilidad, dificultad para concentrarse, y cambios de humor.

Los síntomas físicos son muy variados y con el tiempo requieren un tratamiento médico para aliviarlos. Algunos de ellos son:

Síndrome del intestino irritable: Este trastorno se caracteriza por dolor abdominal, distensión abdominal, diarrea y/o estreñimiento, y puede estar relacionado con el estrés y la ansiedad.
Migrañas y dolores de cabeza: Las migrañas y otros dolores de cabeza pueden ser desencadenados por el estrés y la tensión emocional.
Hipertensión arterial: El estrés crónico puede aumentar la presión arterial y contribuir al desarrollo de la hipertensión arterial.
Asma: El estrés emocional puede desencadenar ataques de asma en personas que sufren de esta enfermedad.
Enfermedades cardiovasculares: El estrés crónico se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca.
Úlceras gástricas: El estrés emocional crónico puede aumentar el riesgo de úlceras gástricas y otros trastornos gastrointestinales.
Dermatitis atópica: El estrés puede desencadenar o empeorar los síntomas de esta afección de la piel, que incluye erupciones cutáneas y picazón.
Trastornos del sueño: El estrés puede dificultar la conciliación y el mantenimiento del sueño, lo que puede contribuir al desarrollo de trastornos del sueño como el insomnio.
Fibromialgia: La fibromialgia se caracteriza por dolor musculoesquelético crónico, fatiga y otros síntomas.

Aunque los síntomas físicos pueden llevar a poner en peligro nuestra vida si no son tratados, la depresión y ansiedad son síntomas psicológicos críticos para una persona con estrés. Esto es grave porque en muchas culturas aceptar y buscar tratamiento psicológico “no se ve bien” haciendo que las personas no busquen ayuda. Esto trae como consecuencia que se genere un círculo vicioso en el que una persona estresada al generar un síndrome de ansiedad incrementará más su estrés y a su vez, tendrá más ansiedad posibilitando que entre en depresión, lo cual afectará su vida y en el peor de los casos, podría llevarlo al suicidio.

¿Cómo tratar el estrés?

Hay que diferenciar, una cosa son los síntomas generados por el estrés y otra las causas del estrés y la forma de manejarlo. Los síntomas pueden ser tanto físicos como conductuales. Los síntomas físicos se tratan con un médico; los conductuales son más complicados porque tienen que ver con aspectos emocionales y tolerancia a frustraciones, por lo que no siempre podrá una persona hacer frente a ellos, lo mejor sería buscar apoyo de un consejero o psicólogo.

Los consejos para tratar el estrés son los que muchos de ustedes ya habrán recibido alguna vez: hacer ejercicio regularmente, practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, y mantener una dieta saludable y equilibrada. Lo más probable es que algunos de los lectores se sonrían y piensen: ¿De dónde voy a sacar tiempo para hacer ejercicio si tengo que trabajar 10 horas diarias y luego ir a hacer frente a los problemas de la casa?, ¿Cómo voy a tener una dieta saludable si a puras penas tengo dinero para comer lo que se pueda?, ¿Meditar yo, a qué horas si no tengo tiempo y cómo hacerlo?, ¿Yoga, de dónde saco tiempo y dinero para pagar las clases de yoga?.

Creanme, los entiendo muy bien, dar un consejo es fácil, implementarlo es lo difícil. En parte porque seguir estos consejos implica un cambio de actitud y la generación de nuevos hábitos. Ambos temas son extensos, trataremos sobre ellos en una próxima entrada del blog. Por el momento, a continuación tienen listados algunos consejos que pueden ser útiles para prevenir el estrés y si tienes preguntas sobre el tema o quieres que tratemos otros temas relacionados dejanoslo saber en los comentarios al final de la entrada.

Consejos para prevenir el estrés
Haz ejercicio regularmente: El ejercicio ayuda a liberar endorfinas, lo que puede ayudar a reducir el estrés.
Mantén una dieta saludable: Una dieta equilibrada puede ayudar a mantener la energía y reducir la fatiga.
Aprende técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda, el yoga y otras técnicas de relajación pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
Establece límites saludables: Aprende a decir «no» cuando sea necesario y a establecer límites saludables para tu tiempo y energía.
Busca apoyo social: Mantén relaciones saludables y busca el apoyo de amigos y familiares en momentos de estrés.
Gestiona tu tiempo: Aprende a priorizar y manejar tu tiempo de manera efectiva para evitar sentirte abrumado.
Aprende a delegar tareas: Si te sientes abrumado con responsabilidades, considera delegar algunas tareas para aliviar la carga.
Descansa adecuadamente: Asegúrate de dormir lo suficiente y de tomarte descansos regulares para recargar energías.
Evita el exceso de trabajo: Trata de no trabajar más horas de lo necesario y asegúrate de tomar descansos regulares durante el día.
Busca ayuda profesional: Si sientes que no puedes manejar el estrés por tu cuenta, considera buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

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